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martes, 17 de septiembre de 2019

CRIMEN Y CASTIGO

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Una de las características más determinantes de la novela es la profundización en la psicología de los personajes. El mundo interno tiene tanta importancia como el externo. Esa dedicación a la descripción y a los diálogos interiores hace que la novela se aproxime a un ensayo sobre la psicología humana.

El personaje principal de la historia es Rodión Ramanovich Raskolnikov, un exestudiante que vive en un diminuto apartamento en San Petesburgo. Él cree que está destinado a grandes hazañas pero que la miseria le impide alcanzar todo su potencial.

Se presenta una cuestión moral: ¿será que el asesinato de una persona vulgar y despreciable sería moralmente condenado si el objetivo es superior? Raskolnikov cree que todas las personas superiores comenten asesinatos para alcanzar sus objetivos, los cuales representan grandes avances para la humanidad.

Convencido de que él es una de esas personas, Raskolnikov cree que matar a una vieja (una usurera de oficio que presta dinero con altísimos intereses y que maltrata a su hermana menor) le permitirá obtener los medios para alcanzar todo su potencial y que, según su razonamiento, esto no es moralmente condenable aún cuando sea ilegal.

Raskolnikov se dispone, entonces, a planear el asesinato, y una de sus mayores preocupaciones es el efecto psicológico que en un futuro puede causar en él. Dostoyevski explora el lado psicológico de una forma excepcional cuando el exestudiante cree que durante y después del asesinato él podría ser afectado por el remordimiento, al que ve como una enfermedad.

Después de asesinar a la mujer, Raskolnikov entra en un estado febril y delira. El relato acompaña ese estado y el lector es envuelto en innumerables detalles que pasan por la cabeza del asesino.

Crimen y castigo y el ensayo filosófico: ¿hay crimen sin castigo?
Una de las principales cuestiones de la novela es esta: aun cuando el criminal crea que el delito es moralmente justificable, y aun cuando es lo suficientemente hábil como para esconder las pruebas, ¿recibirá su castigo igualmente?

La novela adquiere entonces un tono de ensayo filosófico sobre la moral y sobre la relación del individuo con la sociedad que lo rodea, en este caso, la sociedad rusa, extremadamente pudorosa, católica, zarista y aristocrática.

A pesar de que Raskolnikov no se siente culpable por el crimen cometido, la sociedad ejerce presión moral sobre él. La presencia de su hermana y de su madre en San Petesburgo, después del asesinato, es un motivo de extrema perturbación para el personaje central.

Las mujeres de su familia son muy religiosas y él las quiere mucho. La posibilidad de que ellas conozcan su crimen es una constante preocupación para Raskolnikov. Dostoyevski muestra que por más que la moral sea algo del individuo, es capaz de afectar las relaciones humanas hasta los círculos más íntimos de convivencia. La posibilidad de decepcionar a alguien querido es algo que también está en juego en la toma de decisiones.

Otro aspecto esencial es que Raskolnikov insiste en que no se siente culpable por el asesinato, por lo que intenta evadir el castigo hasta cuando ya se encuentra en prisión. Sin embargo, sus acciones y su perturbación (que solo se calma después de la confesión), parecen indicar lo contrario.

En última instancia, pareciera que Raskolnikov busca el castigo desde el primer segundo después del crimen. Él no saca provecho de los bienes robados y cae en un estado de delirio. Al comparecer ante el juez, su irritabilidad y provocaciones prácticamente lo delatan. Esto hace que el lector pueda preguntarse si el verdadero deseo de Raskolnikov es ser descubierto y sufrir el castigo.

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